lunes, 5 de abril de 2010

El alma podría esconderse en el cerebro

Escrito por José M. López

Dos ambiciosos proyectos internacionales, Conectoma Humano y Blue Brain, investigan actualmente los secretos más profundos del cerebro.

El cerebro sigue siendo el órgano más desconocido de nuestro cuerpo. Todavía no conocemos cuál es su nivel de complejidad, ni sabemos con profundidad su funcionamiento, por no hablar del desconocimiento que existe sobre hasta dónde pueden llegar sus capacidades.
Para abordar esa complejidad se han puesto en marcha recientemente dos iniciativas internacionales de investigación, el Proyecto Conectoma y el Proyecto Blue Brain (Cerebro azul). Su objetivo es hacer un mapa de las conexiones cerebrales para así poder comprender mejor su funcionamiento.

La cantidad de información que van a tener que analizar los neurocientíficos sobre el cerebro, es muy superior a la que tuvieron que examinar los genetistas del ADN.


El Proyecto Conectoma es la apuesta científica del BNR (Blueprint for Neuroscience Research) de Estados Unidos, para conocer ese mapa de conexiones. Tiene un presupuesto de 30 millones de dólares que se invertirán en nuevas tecnologías de imagen para escanear el cerebro. Los promotores de esta iniciativa han querido denominarla Conectoma en clara referencia al Proyecto Genoma Humano, que consiguió descifrar el ADN humano. Sin embargo “descifrar” el cerebro se muestra mucho más complejo todavía de lo que fue secuenciar el ADN. Según parece, la cantidad de información que van a tener que analizar los neurocientíficos sobre el cerebro, es muy superior a la que tuvieron que examinar los genetistas del ADN. Un dato nada trivial si se tiene en cuenta que el Proyecto Genoma duró trece años y tuvo una amplia colaboración internacional de científicos. El avance de la tecnología sin embargo, puede permitir en laEl alma podría esconderse en el cerebro actualidad mapear el "cableado" del cerebro humano en un tiempo razonable.
El pistoletazo de salida para Conectoma fue el pasado año 2009, tan sólo un año después de cuando lo hizo el otro gran proyecto que actualmente también estudia el cerebro: Blue Brain.

Diversos investigadores opinan que el alma humana se aloja en el cortex cerebral.


Este proyecto está auspiciado por la Escuela Politécnica Federal de Lausana con el apoyo de IBM, y su presupuesto es todavía más astronómico que el de Conectoma, ya que lleva invertido cinco veces más. Su nivel de estudio del cerebro es también más ambicioso, puesto que busca detallar cada neurona individual.
Hace más de un siglo que los científicos estudian el cerebro y saben que cada una de sus zonas tiene unas funciones determinadas: el movimiento, el habla, las emociones, la memoria, la vista, el oído… Se sabe también que las conexiones entre estas áreas son vitales para que podamos trabajar con todos los sentidos de un modo coordinado. Por eso Blue Brain y Conectoma buscan conocer mejor la anatomía del cerebro, sus conexiones entre las distintas zonas, y saber qué autopistas de información se activan según determinadas circunstancias. El conocimiento de la anatomía ayudará a saber cómo funciona.

Las investigaciones de Blue Brain y Conectoma tratan de conocer mejor el mapa del cerebro humano para entender como funciona.


Muchos son los que pronostican importantes descubrimientos. Entre éstos flota la confirmación de las ideas del Premio Nobel Francis Crick, quien junto con James Watson descubrió la estructura del ADN. Crick publicó en 2003 en Nature Neuroscience una revolucionaria teoría en la que afirmaba que “La conciencia en sí sería la expresión de un reducido número de neuronas”. Es decir, afirmó que el “alma” se encontraba en el cerebro. Según su teoría, la conciencia existe en un grupo de neuronas situadas en la parte posterior más superficial de nuestro cerebro, en el córtex cerebral, y que son las que nos permiten tener conciencia de nosotros mismos y de nuestro entorno. Crick, que había dedicado sus últimos treinta años de vida a encontrar la relación entre las neuronas y la conciencia -ante la incredulidad de la comunidad científica-, ve cómo al final se ha terminado aceptando la idea de que en nuestro cerebro se dan infinidad de procesos relacionados con la conciencia.
Los enigmas de este fabuloso órgano todavía son muchos, pero podrían dejar de serlo en poco tiempo. Desde luego, muchos coinciden que este será el siglo del cerebro.

Visto en Revistafusion

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