Es un secreto a voces en el mundo sanitario: muchos médicos recetan con frecuencia placebos a sus pacientes sin que ellos lo sepan. Pero, ¿hasta qué punto son éticas estas mentiras piadosas por el bien del paciente?
Hablar de placebo es hablar de expectativas reconfortantes, de esperanza... y de sugestión. Una sustancia que, en principio, no posee ningún efecto, actividad o función provoca una mejoría en la salud de una persona. Paradójicamente, no ha sido el placebo el causante de la mejoría, sino la propia autosugestión del paciente con el convencimiento de su curación.
Hablar de placebo es hablar de expectativas reconfortantes, de esperanza... y de sugestión. Una sustancia que, en principio, no posee ningún efecto, actividad o función provoca una mejoría en la salud de una persona. Paradójicamente, no ha sido el placebo el causante de la mejoría, sino la propia autosugestión del paciente con el convencimiento de su curación.
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