¡Alerta acoso!
Algunas señales relativas a la personalidad y del perfil perverso narcisista.
1) VICTIMIZAR
Hacer de otros su víctima para aumentar la imagen defectuosa que tiene de sí mismo: tanto si es masculino, como si es femenino, el proyecto de este sujeto son las apariencias engañosas. Este sujeto, por otra parte maestro en el arte de la seducción y del misterio, organiza, a través de un trabajo de zapa psicológico, la demolición mental del otro, ya que es incapaz de respeto de la dignidad humana.
2) HUMILLAR
Sus medios son los propios de la desvalorización, la humillación, la denigración, y también del discurso contradictorio y paradójico, de la polémica sistemática. El recurso a la alusión, a lo no dicho y al sobrentendido es frecuente.
3) CULPABILIZAR
Es difícil para el acosado de tomar conciencia que esta siendo manipulado, en la medida en que el "verdugo" se arregla para no ser nunca tomado en flagrante delito y así, hacer pasar otro como culpable. Acosar, es saber invertir las situaciones, acusar a otros de todas las culpas y de todos los males, es arreglarse para desempeñar siempre el mejor papel.
DEFENDERSE
Es necesario saber que todo debate frontal con el perverso será perdido por la víctima, en la medida en que el perverso narcisista hace fuego de todo argumento y genera dolor. Por ello, toda crítica emitida debe ser muy precisa y limitarse a lo indispensable.
Para protegerse hay que saber evitar alegar los propios éxitos, saber prodigar algunos cumplidos convenientes cuando sea necesario (lo que es una forma de manipulación pero "permitida" para protegerse, o incluso defenderse). También hay que controlar las propias emociones y seguir estando vigilantes, ya que el acosador sabe explotar las emociones y sabe simular perfectamente la generosidad hacia su objetivo. Hay que evitar reaccionar ante las provocaciones, seguir protegiéndose en el futuro y preparar las pruebas.
Retrato del verdugo: (el perverso narcisista) puede a veces hasta ser encantador al primer momento. Luego su tono se hace monocorde, su discurso condescendiente, su aire superior. Siendo sus armas favoritas: aislar, descalificar, rechazar la comunicación, vejar. Es inútil razonar con él o ella. No prueba la culpabilidad de la víctima (ante la ley puede hacer lo mismo). Su talento: tapar aquello que hace mal y hacerse pasar él mismo como víctima de las pretendidas incompetencia o malevolencia de su víctima a modo de cabeza de turco. Cuando el objetivo decide retirarse a sus asaltos y someterse, puede demostrar amabilidad (para atraerla en sus redes), entonces se busca otra presa.
Retrato de la "víctima". Dotada, concienzuda, afable, da el mejor de sí misma. Estas son cualidades que el perverso desea. La víctima es viva y extravertida, que expresa sus éxitos y su felicidad. Generosa, no puede resignarse a la perversidad y no es raro que busque excusas a su verdugo. Lo que, en verdad, aumenta su vulnerabilidad, es su sentido de la responsabilidad y su propensión a culpabilizarse. La víctima es una persona que admite demasiado fácilmente la crítica y se mata a dar satisfacción
Algunas señales relativas a la personalidad y del perfil perverso narcisista.
1) VICTIMIZAR
Hacer de otros su víctima para aumentar la imagen defectuosa que tiene de sí mismo: tanto si es masculino, como si es femenino, el proyecto de este sujeto son las apariencias engañosas. Este sujeto, por otra parte maestro en el arte de la seducción y del misterio, organiza, a través de un trabajo de zapa psicológico, la demolición mental del otro, ya que es incapaz de respeto de la dignidad humana.
2) HUMILLAR
Sus medios son los propios de la desvalorización, la humillación, la denigración, y también del discurso contradictorio y paradójico, de la polémica sistemática. El recurso a la alusión, a lo no dicho y al sobrentendido es frecuente.
3) CULPABILIZAR
Es difícil para el acosado de tomar conciencia que esta siendo manipulado, en la medida en que el "verdugo" se arregla para no ser nunca tomado en flagrante delito y así, hacer pasar otro como culpable. Acosar, es saber invertir las situaciones, acusar a otros de todas las culpas y de todos los males, es arreglarse para desempeñar siempre el mejor papel.
DEFENDERSE
Es necesario saber que todo debate frontal con el perverso será perdido por la víctima, en la medida en que el perverso narcisista hace fuego de todo argumento y genera dolor. Por ello, toda crítica emitida debe ser muy precisa y limitarse a lo indispensable.
Para protegerse hay que saber evitar alegar los propios éxitos, saber prodigar algunos cumplidos convenientes cuando sea necesario (lo que es una forma de manipulación pero "permitida" para protegerse, o incluso defenderse). También hay que controlar las propias emociones y seguir estando vigilantes, ya que el acosador sabe explotar las emociones y sabe simular perfectamente la generosidad hacia su objetivo. Hay que evitar reaccionar ante las provocaciones, seguir protegiéndose en el futuro y preparar las pruebas.
Retrato del verdugo: (el perverso narcisista) puede a veces hasta ser encantador al primer momento. Luego su tono se hace monocorde, su discurso condescendiente, su aire superior. Siendo sus armas favoritas: aislar, descalificar, rechazar la comunicación, vejar. Es inútil razonar con él o ella. No prueba la culpabilidad de la víctima (ante la ley puede hacer lo mismo). Su talento: tapar aquello que hace mal y hacerse pasar él mismo como víctima de las pretendidas incompetencia o malevolencia de su víctima a modo de cabeza de turco. Cuando el objetivo decide retirarse a sus asaltos y someterse, puede demostrar amabilidad (para atraerla en sus redes), entonces se busca otra presa.
Retrato de la "víctima". Dotada, concienzuda, afable, da el mejor de sí misma. Estas son cualidades que el perverso desea. La víctima es viva y extravertida, que expresa sus éxitos y su felicidad. Generosa, no puede resignarse a la perversidad y no es raro que busque excusas a su verdugo. Lo que, en verdad, aumenta su vulnerabilidad, es su sentido de la responsabilidad y su propensión a culpabilizarse. La víctima es una persona que admite demasiado fácilmente la crítica y se mata a dar satisfacción
Fuente: CFDT Landas
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